Un parque edificatorio envejecido y vulnerable
Más del 80 % de los edificios en España no cuentan con la eficiencia energética necesaria para soportar el calor ni el frío. La mayoría se construyeron antes de 1980, cuando no existían normativas de eficiencia energética.
Esto se traduce en muros sin aislamiento, ventanas obsoletas y sistemas de climatización poco eficientes, lo que incrementa el consumo energético y el malestar térmico.
Para hacer frente a este reto, el IDAE ha puesto en marcha programas de ayudas destinados a la rehabilitación energética de edificios (sede.idae.gob.es).
Impacto en la salud y el confort
La falta de eficiencia energética en edificios en España convierte muchas viviendas en espacios insalubres e incómodos, con consecuencias más graves en personas mayores y niños pequeños.
Además, la dependencia de sistemas de climatización poco eficientes aumenta las facturas energéticas y contribuye significativamente a las emisiones de CO₂.
Rehabilitación energética: la clave de la transformación
La rehabilitación energética de edificios es una necesidad urgente. Actuar sobre la envolvente térmica —fachadas, cubiertas y ventanas— puede:
- Reducir hasta un 30 % la demanda de climatización.
- Mejorar el confort térmico durante todo el año.
- Disminuir la dependencia de calefacción y aire acondicionado.
Soluciones como el SATE (Sistema de Aislamiento Térmico por el Exterior), junto con medidas pasivas (ventilación cruzada, cubiertas vegetales, protecciones solares), son clave para mejorar la eficiencia del parque edificatorio.
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Conciencia ciudadana y retos pendientes
Según el III Observatorio sobre Vivienda y Sostenibilidad:
- Solo un 46 % de los propietarios estaría dispuesto a proponer una rehabilitación en su comunidad.
- Apenas un 37 % conoce la calificación energética de su vivienda o las ayudas disponibles, como las deducciones fiscales y los fondos europeos Next Generation.
Una oportunidad urgente hacia la sostenibilidad
La eficiencia energética edificios España no es solo un objetivo: es una necesidad para garantizar viviendas más saludables, resilientes y sostenibles.
Las casas deben ser un refugio frente al clima, no una fuente de incomodidad ni un estrés por el gasto energético. Apostar por la rehabilitación es invertir en el bienestar de las personas y en el futuro del planeta.
